r e l a t o s u c i o

 

--------------------------------------

TXIQUIM ©

--------------------------------------

 

ERNESTO BELOZ Y LAS PUERTAS

 

Cuentan que el dia en el que se inventaron las puertas automáticas todo el mundo se puso muy feliz. A partir de entonces -se dijo- ya no seria necesario nunca más empujar una pesada puerta para poder entrar en cualquier lugar. ¡Las puertas detectarian la presencia de los individuos y se abririan por si solas! Todo un prodigio técnico que haria recordar ese dia por mucho tiempo.

30 años más tarde, Ernesto Beloz, un jovencísimo ciudadano de 40 años de edad no recordó ese dia (apenas tenia los 10 cuando se presentó el revolucionario invento), pero si que se topó con una de esas puertas. Ernesto salía de su oficina, para dirigirse a su segundo puesto de trabajo, ya que como la mayoria tenia dos empleos. Era oficinista (hacia fotocopias, escribia informes e injeria cafés) y también era supervisor auxiliar encargado del control de calidad de esos despertadores para niños que al sonar se iluminan con lucecitas parpadeantes de colores. Pues a lo que íbamos, Ernesto trataba de abandonar el edificio de su oficina cuando se dirigió diligentemente hacia la salida. Para ello tenia que hacer uso de las maravillosas puertas automáticas, de la misma forma como lo hacian todos sus compañeros y como él mismo llevaba haciendo ya casi 7 años.

Lo curioso del caso fué que, ante el pánico de todos los presentes, la puerta automática no se abrió. Este grave error inesperado provocó que Ernesto se golpeará de pleno contra la puerta. Ni decir que el escándalo fué enorme. A partir de entonces todo el mundo puso en duda la eficacia del hasta entonces tan admirado invento. Las puertas automáticas entraban en crisis. Ya nadie las queria. El caso de Ernesto era demasiado sobrecogedor como para olvidarse de ello al tener que enfrentarse a diario con ellas. Nadie queria golpearse contra ellas. Y no es porqué el golpe de Ernesto hubiese sido demasiado violento (aunque hubo quien si apuntó que quizás le causase alguna lesión cerebral). En realidad lo que le preocupaba a la gente era precisamente lo que a Ernesto le ocurrió tras el choque.

Cuentan que tras chocar contra esa puerta automática Ernesto Beloz se dió cuenta de que iba demasadio deprisa por la vida. Por ello no le dio tiempo a la puerta a abrirse para dejarle paso. Desde entonces, Ernesto se volvió risueño y tranquilo. Dicen sus allegados que inclusó se volvió una persona más atenta y simpática. Horrorizados tuvieron que escucharle decir cosas como que amaba la vida y que queria tomarse más tiempo libre para disfrutarla. Algunos de sus biografos incluso describen escenas de maltrato familiar donde Ernesto hacia sufrir a su mujer e hijos recordandoles cada dia que los amaba y los queria. Poco a poco Ernesto fue olvidando sus obligaciones de oficinista e incluso llegó a decir no querer volver a trabajar de supervisor auxiliar en la cadena de montaje.

Hasta tal punto alcanzó el infame comportamiento de Ernesto Beloz que provocó una grave alarma social. Las autoridades eran conscientes de la popularidad del señor Beloz, por lo que no escatimaron esfuerzos e ideas en aplicarle una condena ejemplar. Para ello se tuvieron que modificar algunas leyes e inventar otras tantas. Evidentemente se prohibieron de inmediato las puertas automáticas, y como no, la ejecución de Ernesto Beloz fué retransmitida en directo por televisión para todo el mundo. Su hijo todavia guarda en cinta la ejecución, y cuando puede se la deja prestada a sus hijos para que la revisen con entusiasmo una y otra vez. A cualquier nieto le gustaria poder ver a su excentrico abuelo siendo ejecutado una y otra vez.

Cuentan que el dia que se dejaron de usar las puertas automáticas todo el mundo se puso muy feliz, porqué se acabó el peligro que surgieran más individuos como Ernesto Beloz.

(15/02/2002)