r e l a t o s u c i o

 

--------------------------------------

TXIQUIM ©

--------------------------------------

 

¿Y SI LA IGNORANCIA NO TRAE LA FELICIDAD?

 

De pequeño Ernesto se creia inmortal. Y le gustaba la idea de vivir eternamente. Pero poco a poco su vida se convirtió en un coctel de soledad, incomprensión y onanismo. Más tarde se volvió hipocondriaco, pensando que iba a morir pronto. Creia contraer las enfermedades, todas. Pero en realidad no se contagió de ninguna, ni tan solo de la del amor.

Ernesto creió estar enamorado. Numerosas veces en la adolescencia, algunas menos en la madurez. Chicas apáticas, feas y gordas. Sexos fláccidos, corridas acuosas.

Nunca, en realidad, estuvo enamorado. Solo fueron falsas amantes. Pequeñas dosis de sexo insipido. Orgasmos vacuos, ficciones de amor.

Ernesto se engañó toda la vida a sí mismo. Creió que con falsas medicinas curaria su inventada enfermedad. Tenia un don, era inmune al amor. Pudo haber disfrutado de la vida, desligado de las cadenas del egoismo del sexo como nadie. Pero creia estar enamorado y ese fue su error. Se hartó de medicinas sin efecto, se empachó de mujeres sin afecto. Placebos. Nunca afrontó su verdad.

Ernesto pudo y no quiso, tuvo y no vió, buscando un amor que jamás podria encontrar. Murió.

(18/11/01)