r e l a t o s u c i o

 

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TXIQUIM ©

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CIEGOS

 

Yo ya sabía que esa noche iba a pasar algo malo. Al salir de mi casa noté una fuerte carga eléctrica en el ambiente y miré al cielo. Habia grandes nubarrones oscuros que ocultaban la luna. Esa era una muy mala señal.

Llegué a casa de Guillermo unos veinticinco minutos más tarde. En el transcurso de ese tiempo y a lo largo del recorrido de apenas unos diez quilómetros que separa mi casa de la suya tuve tiempo de escuchar la radio, parar en la gasolinera, llenar el depósito, comprarme una cinta de porno en la boutique de allí, conducir hasta el cruce donde habia quedado con Jorge y leer la sinopsis de la película que amenizaria mi próxima masturbación ante el televisor.

Jorge llegó tarde, como siempre que le acompañaba Laura, su amante. Cuando era su mujer Rosa quien le acompañaba Jorge acostumbraba a llegar puntual. A Jorge casi siempre le acompañaba alguien, y más desde que su perro lazarillo se murió hacía ya un par de meses. Jorge aseguraba no ver nada, era ciego.

Tras despedirnos de Laura, que no quiso venir a la cena por ser esta en casa de Guillermo, puse de nuevo mi coche en rumbo. Laura habia sido la novia de Guillermo, justo antes de ser la amante de Jorge, y yo todavia esperaba mi turno. Se lo habia propuesto ya varias veces, pero ella no parecia interesarse por mi, y de ahí mi afición a las películas pornográficas. Pero solo hasta que ella o cualquier otra mujer atractiva aceptara acostarse conmigo regularmente. Seguramente acabaria por tener una amplia videoteca temática.

Heché una hojeada a Jorge instantes antes de llamar al timbre de Guillermo. Llamé y observé a Jorge de nuevo, esta vez muy atentamente, tan de cerca como solo con un invidente se es posible hacer. Aguanté mi respiración para no delatar mi proximidad y estuve en esa posición largo rato. Guillermo abrió la puerta, me vió y no hizo ningún comentario acerca de mi extraña conducta. Tras ser recibido Jorge se adelantó hacia el interior de la casa y entonces su rostro pasó tan cerca del mio que casi pude notar su piel por encima del mal afeitado de mi cara. Mi veredicto, por ahora, era que Jorge debia ser muy buen actor porque realmente parecia estar ciego.

Unas semanas antes habiamos ido Guillermo y yo a emborrachandonos por el centro de la ciudad cuando a Guillermo le pareció ver a Jorge pasear solo por la calle. Yo no vi nada, pero afirmé haber visto lo mismo que él. Más tarde, ayudado por la agudeza mental que el alcohol creaba en mi, llegué a concluir que Jorge no parecia en absoluto un ciego por la forma como lo vi andar. Nos reímos y seguimos bebiendo. Pero a partir de esa noche y a lo largo de los siguientes dias creció en Guillermo y en mi la secreta sospecha de que quizás Jorge no era realmente ciego. Un dia Guillermo me llamó y me dijo que queria hablar conmigo. Quedamos y me contó la creciente e intrigante sospecha que tenia acerca de la ceguera de Jorge. Le contesté que yo tenia el mismo presentimiento, y entonces empezamos a atar cabos sueltos. Tras varias horas de charlas y de recordar centenares de situaciones vividas con Jorge habiamos recogido indicios suficientes como para dudar seriamente de la palabra de Jorge acerca de su visión. No eran pruebas concluientes, ni tan siquiera nos serian aceptadas ante un jurado, pero todo aquello encajaba. Fue entonces cuando planeamos desenmascarar a Jorge. Y ese dia habia llegado.

Guillermo nos acomodó en su comedor. Estaba solo y decía estar terminando de preparar la cena. Nos ofreció unas cervezas para soportar mejor la espera y al cabo de unos diez minutos llegó el motorista con la pizza. Tras pagar el precio exacto con multitud de monedas y dejar al repartidor sin propina nos pusimos a cenar. Con el primer mordisco Guillermo y yo nos hechamos una mirada cómplice. Jorge parecia no darse cuenta de la redada que en realidad era esa supuesta reunión entre colegas.

Lo habiamos discutido extensamente con Guillermo. Según él para Jorge todo eran ventajas el hecho de ser confundido con un ciego. Yo no tenia muy claros esos motivos por los que una persona decide un dia hacerse pasar por invidente, pero Guillermo parecia totalmente convencido por sus propios argumentos. Yo sabia que en el fondo Guillermo estaba celoso de la relación de Jorge con Laura, y que ese era un motivo como cualquier otro para canalizar su odio hacia Jorge. Supongo que el hecho de que un ciego te robe tu novia debe causarte algún tipo de trauma. Pero para mi, que existiera una mínima posibilidad de que un amigo mio se estuviera haciendo pasar por ciego desde hacia sabe Dios cuantos años era una idea tan excitante que era motivo suficiente para hacer todo lo posible por descubrir la verdad y llegar hasta el final del asunto.

No queriamos andarnos con tonterias y sabiamos que con los años que Jorge llevaba simulando ser ciego estaria suficientemente preparado como para hacer frente a las trampas más comunes. Necesitábamos una prueba definitiva, y es por eso que teniamos un plan mucho más perverso y cruel. Tengo que decir que al principio a mi no me pareció muy buena idea, lo ví más como una venganza de Guillermo hacia Jorge por el tema de Laura, pero ante el entusiasmo de Guillermo acabé por aceptar el plan. Tras terminar la pizza y ver un rato la televisión, curiosamente a Jorge le encantaba "ver" las películas que hechaban en el canal local, nos dispusimos para salir a tomar algo. O eso fue lo que le dijimos a Jorge.

Tomamos mi coche pero le dije a Guillermo que conduciera él, que yo preferia seguir agudizando mi mente a base de cervezas durante el recorrido. La primera parte del plan fué dirigirnos hacia casa de Laura en lugar de ir en dirección a la zona de bares. Jorge seguia simulando y no comentó nada, y yo me preguntaba sobre cuando se daria cuenta de que le estábamos poniendo a prueba.

Al llegar ante la casa de Laura aparcamos el coche. Guillermo dijo tener que ir un momento a mear y se bajó. Cuando Jorge me preguntó donde estábamos yo le contesté que en la gasolinera. Mi respuesta no pareció convencerle mucho, y yo supe que empezaba a sospechar algo.

Guillermo se dirigió al otro lado de la calle, donde habia dos tipos esperándole. Eran dos jovenes corpulentos y musculosos, unos tipos realmente dementes que por suerte solo habia conocido en una ocasión anterior. Las instrucciones habian sido claras y los tipos habian aceptado el trabajo solo por puro placer y un poco de dinero. Guillermo les dió las llaves que aún conservaba de casa de Laura y se alejó de ellos. Esos tipos se pusieron unas máscaras que les tapaban los rostros y se dirigieron hacia la puerta. Guillermo se acercó hasta el coche sin hacer ruido y yo bajé la ventanilla para ver mejor el espectaculo. La vista era perfecta.

Sabíamos que Laura no querría venir a la cena por Guillermo y que después de dejar a Jorge se iria a su casa. A esa hora ya se habria acostado o estaria mirando la televisión. Precisamente fue eso último lo que estaba haciendo cuando los tipos irrumpieron en su casa. Siguiendo nuestras instrucciones, uno de los tipos abrió bien las ventanas para ofrecernos una mejor panorámica de la situación mientras el otro inmobilizaba y amordazaba a Laura. Desde donde estabamos se podia ver todo con detalle y haria falta estar ciego para no ver lo que allí dentro iba a ocurrir.

Supongo que para Guillermo debia de ser una especie de terapia el hecho de ver como dos tipos violaban a su ex-novia. Para mi era como asisitir a una de tantas escenas pornográficas de las que habia visto, pero con el valor añadido del directo. Pero lo que realmente nos preguntábamos era que debia de estar pensando Jorge. Este se encontraba dentro del coche, sentado a lado de la ventana trasera y casualmente mirando en dirección a casa de Laura. Yo no podia resistir mirar la escena de la violación, en el momento en el que uno de los tipos desnudó bruscamente a Laura. Guillermo, por su parte, casi parecia más interesado en la reacción de Jorge. Este tenia una expresión en el rostro como de extrañado, cuando de repente se acercó hacia la ventanilla y bajó el cristal, como quien intenta ver mejor a través de ella. Sacó la cabeza fuera del coche y continuó mirando atentamente hacia la casa. Guillermo, exaltado, me dió un golpe para advertirme de lo que pasaba. Estabamos a punto de delatar a Jorge. En un intento de precipitar su confesión, yo le pregunté a Jorge qué le pasaba. Pero en contra de cualquier predicción el único comentario que hizo Jorge fué que le resultaba muy extraño no poder olfatear la gasolina de aquella gasolinera. Acto seguido se acomodó nuevamente en el asiento trasero y dirigió su mirada hacia otro lado.

Aquello fué para mi la prueba casi definitiva de la inocencia de Jorge respecto a los cargos de los que le acusabamos. ¿Y si realmente era ciego? Pero Guillermo parecia muy convencido de lo contrario. Yo habia bajado del coche y habia ido a buscar a Guillermo, que estaba nuevamente al otro lado de la calle verdaderamente furioso después de la reacción de Jorge. Estaba puteado porque su plan no habia salido bien, porque Jorge no habia confesado su mentira, pero realmente yo creo que estaba puteado porque al otro lado de la calle habia dos tipos que estaban violando a su ex-novia y el habia sido quien los habia contratado. Pero en lugar de darse por vencido me dijo que no permitiria que ese hijo de puta se saliera con la suya y que acabaria por obtener su confesión de una vez por todas. Realmente Guillermo estaba jodido, aunque no tanto como Laura en esos momentos.

Los dos volvimos al coche. En pocos segundos estabamos ya dirigiéndonos a toda velocidad bien lejos de la escena, aunque por suerte tuve tiempo de hechar una última mirada y pensar que quizás a Laura le gustase eso. No parecia pasarlo bien, pero quizás estaba fingiendo, como casi siempre hacen las mujeres en este tipo de situaciones. Me di cuenta de que Guillermo iba en dirección contraria poco después de pasar por delante de la gasolinera. Queria advertirle de la imprudencia que estaba cometiendo, pero cuando miró primero a Jorge y luego a mi descubrí sus intenciones. Un par de luces aparecieron en el horizonte de la carretera. La distancia que nos separaba de ellas era cada vez más corta. No podia creer lo que se proponia hacer. ¿Cómo pretendia Guillermo hacer delatar a Jorge de esa manera? Si no habia reaccionado ante la violación de Laura, ¿Cómo iba a reaccionar ante un choque frontal con otro coche? Ya se podia disinguir la forma del coche. Jorge parecia tranquilo. Poco después pude vislumbrar las siluetas de sus ocupantes. ¿Y si realmente era ciego?

Evidentemente Jorge fue el único ocupante de los dos coches que no se puso a chillar desesperadamente justo antes del brutal impacto.

(06/09/01)