r e l a t o s u c i o

 

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SERGI

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nada que hacer

 

domingo. son las 10:30 de la mañana. me despierto. no tengo absolutamente nada que hacer. no he quedado con nadie hoy. tampoco tengo trabajo, bueno, siempre hay trabajo, pero nada urgente. si me levanto pasaré la mañana viendo la tele en pijama o leyendo, pero no me apetece leer. prefiero no salir de la cama.

las 12. me había vuelto a quedar dormido. ayer no me fui a dormir muy tarde. debo llevar casi doce horas durmiendo y, sin embargo, no me apetece levantarme. no hay ningún motivo para levantarse. me quedo en la cama. pienso en ayer, que tenía cosas para hacer, pienso en si podría quedar con alguien esta tarde, pero no me apetece llamar a nadie. si alguien me llamase diría que sí, pero no me apetece llamar.

las 2. me despierto por tercera vez hoy. creo que esto ya es demasiado. podría pasar el día durmiendo, despertando cada dos horas y volviendo a dormirme. pero no tengo ningún sueño, creo que no voy a poder dormirme otra vez. me levanto. debería ducharme, vestirme y preparar la comida. lo haré un poco más tarde. me siento un rato delante de la tele: concursos horribles, talk shows, los simpson. obviamente elijo esta última opción. dos episodios. las 3. noticias en todos los canales. menos en uno, que dan un concurso aburrido. no me interesa lo que pasa en el mundo. nunca pasa nada importante. no van a decir nada que evite que pase todo el puto día solo en casa sin hacer nada. voy a ducharme. quizás dan tanta mierda en la tele para que la gente haga algo con sus vidas, y no se queden todo el día tirados en pijama en un sofá.

salgo de la ducha y me visto. voy a hacer la comida. lo hago como algo rutinario. no tengo hambre. como porque es medidodía. hago spaghetti porque es lo que exige menos esfuerzo. me los como sin muchas ganas. me siento otra vez en el sofá.

intento ver la tele pero no dan nada. preferiría mirarla apagada que ver cualquiera de estos programas. cojo un libro. está a la mitad. ya casi no recuerdo de qué va. creo que hace dos semanas que no lo leo. empiezo a leer. al principio no me interesa, me distraigo pensando en tonterías. insisto. tengo que conseguir interesarme. no me quedan muchas opciones para salir de este aburrimiento. me empieza a interesar. cada vez más. es una lectura realmente reveladora. antes de hoy había leído cien páginas sin que me pareciese un gran libro, pero ahora es lo mejor que he leído en mucho tiempo. tengo que leer más. de repente todo se acaba. vuelve a no interesarme. estoy cansado. no me apetece leer más. pongo el punto. al recogerlo miro cuanto he leido. veinte páginas. miro el reloj. las 5. he leído media hora.

necesito salir. no puedes pasarte todo un día encerrado en casa. podrías volverte loco. decido llamar a alguien. podríamos ir al cine. o a tomar algo y charlar un rato. no sé a quien. cojo la agenda y voy pasando paginas. se acaba. retrocedo. al fin elijo un nombre. marco el numero. suena 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 veces. cuelgo. mierda. busco otra persona. dudo entre dos. al final me decido. marco. contestan. pregunto por mi amigo. no está. ¿algún recado? no, gracias. cuelgo. no hay manera. dejo la agenda y voy a sentarme otra vez en el sofá.

enciendo la tele. nada. no llego a pasar todos los canales. no me apetece estar toda una tarde en casa viendo la tele. cojo el teléfono y voy otra vez a por la agenda.

esta vez elijo una amiga. nos vemos poco, muy de vez en cuando. pero hoy me apetece charlar con ella. la llamo. contestan. está. pero no puede quedar conmigo, ya ha quedado hoy. por lo menos podremos charlar un rato, eso me animará, pienso. hablamos cinco minutos, empiezo a sentirme mejor. pero me dice que lo siente, que tiene que marcharse ya. ¿podemos quedar la semana que viene? dice. no sé, tal vez., respondo. se despide y cuelga el teléfono, yo también cuelgo.

son las 5:30. podría ir al cine yo solo. creo que hay una sesión a las 6. cojo el periódico. miro que dan. hay una sesión a las 6:15, en un cine a 15 minutos de casa. aún estoy a tiempo. pero no estoy seguro. cuando te sientes así ir al cine solo a veces es bueno y te arregla el día. pero a veces puede ser terriblemente deprimente. y puede acabar de hundirte. así que me da algo de miedo. no lo sé. me lo pienso un rato. miro el periódico otra vez. como algo. miro el reloj. son las 5:55. da igual, no me apetece llegar con el tiempo tan justo.

son las 6:00. el tiempo pasa realmente lento, hoy. Intento trabajar un poco pero no me apetece en absoluto. lo dejo. se me ocurre que podría ver una película. miro entre mis cintas de video y elijo una. la pongo. me estiro en el sofá y la veo. es una buena película. creo que la he visto ya seis o siete veces. y siempre me gusta. pero hoy no consigue interesarme. se me hace larga. es una película eterna. la dejo a medias. bueno, la verdad es que no quedaba mucho para acabar. apago la tele y me levanto del sofá.

enciendo el ordenador. no tengo nada que hacer. quizás alguien me haya mandado un e-mail. no sé quien. pero sería agradable que alguien se acordara de mi en un día como hoy. la conexión no va. mierda. insisto. no va. insito por tercera vez. sigue sin funcionar. dejo el ordenador encendido y me acerco a la ventana. estoy un rato allí contemplando. la gente camina por la calle como si nada. ¿es que ellos no se aburren hoy? ¿es que no se se sienten solos? quizás sí. quizás ellos también. pero como mínimo tienen algo que hacer. como mínimo ellos tienen algún sitio donde ir. dejo la ventana y vuelvo al ordenador. insisto por cuarta vez y ahora conecta. miro el correo. nadie. era de esperar, pero joder, tanto insistir me había dado cierta esperanza.

son la 9 y no he hecho absolutamente nada. voy a comer algo. no me apetece cocinar, así que me hago un bocadillo. me lo llevo a la sala. sería bastante estúpido cenar solo en la cocina mirando la pared. ceno delante la tele. no dan nada que consiga interesarme por mucho rato pero voy cambiando de canal. aguantando cada uno hasta que me aburre del todo. de repente suena el teléfono. es mi amiga. la que he llamado antes. ha acabado ahora su cita y se le ha ocurrido que le apetece verme. que antes se ha quedado con las ganas de hablar conmigo y que podríamos vernos y charlar un rato. ¿dónde estás?, pregunto. llama desde una cabina. dice que ella se sienta sola algún bar a tomar algo hasta que yo llegue. miro el reloj. son las once. en una hora podría irme ya a la cama. ha sido un día horrible y es demasiado tarde para arreglarlo. no creo que fuese capaz de salir corriendo para encontarme con ella y sentarme en un bar y charlar y sonreir. así que digo: ¿ahora? es que ahora no puedo. tengo trabajo. lo siento. quizás la semana que viene, ¿no? y ahí acaba la llamada. me quedo mirando la tele dos horas más. luego me levanto, ni siquiera recojo el plato de mi bocadillo, ni siquiera me lavo los dientes. me pongo el pijama, que no sé para que me quité y me voy a dormir.

(18-1-2002)