r e l a t o s u c i o

 

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JORDI

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LA TRÁGICA HISTORIA DEL HOMBRE QUE FUE DIESTRO, AMBIDIESTRO Y ZURDO

 

2002 es capicua; dabalearrozalazorraelabad no es sólo capicua, sino que también es un palíndromo (que tiene el mismo sentido leído de izquierda a derecha que a la inversa). Ni capicua ni palíndromo. Lo que realmente le importaba al muchacho que se sentaba justo en el centro del ala era la simetría.

La pasión, ese amor enfermizo por la simetría, nació en él como por gracia del Señor en su primera clase de Bellas Artes. Pero, como toda pasión, fue ésta desde el comienzo un compendio perfecto de amor-odio. Si bien le fascinaba al muchacho todo lo que la simetría le ofrecía a los sentidos, encontraba el joven inadecuado, espantoso y casi de juzgado de guardia el hecho de que el concepto de simetría estuviera representado por una palabra en sí misma propiamente no simétrica. "¡¡¡Simetría no es simétrica!!!" gritaba para sus adentros.

El caso es que nuestro amigo se levanta un día y se planta en las dependencias de la Policía Nacional. "Quiero cambiarme el nombre". Le parecía que el nombre que le dieron sus padres, del cual ahora no quiero acordarme, era de todo menos simétrico. El muchacho quiso llamarse Otto.

Ese fue el comienzo de su final, porque un día se miró Otto al espejo y vio que no era simétrico: su oreja izquierda pendía ligeramente por debajo de la derecha, su nariz tendía a un lado, una ceja era más corta que otra, uno de los ojos lo tenía más grande y redondo, su dentadura no era uniforme ni en el color ni en la disposición de los dientes, y su polla se inclinaba hacia la derecha. Todo esto lo apuntó en su bloc de dibujo y se lo mostró al cirujano.

- "Son demasiadas operaciones."

- "No importa."

- "Es mucho tiempo... y dinero."

- "No importa."

- "¿Por qué quiere pasar por todo esto?"

- "Parece mentira que no haya aprendido nada, doctor: simetría; hay que ponerlo todo en orden."

- "Usted es humanamente simétrico. Nadie es matemáticamente simétrico."

- "Muchos insectos son simétricos, doctor. Las hembras insecto escogen a los machos más simétricos. Los perfectos, aquellos simétricos, son los que copulan con las hembras."

- "Usted no es un insecto, joven. Un insecto no tiene otra cosa que su simetría para cortejar a las hembras. Tampoco tiene el insecto conciencia y, mucho menos, le importan sus raíces. ¿No le importan sus raíces, joven?"

- "Mis raíces han sido puramente circunstanciales, y mi conciencia es lo que no me deja dormir sabiendo que no soy simétrico."

Otto no quedó matemáticamente simétrico después de 14 meses de operaciones. Pero al ojo humano, frente al espejo, Otto quedó simétricamente realizado.

El siguiente paso fue cambiar de mano al masturbarse para corregir la inclinación hasta dejar su polla perfectamente perpendicular a su tórax. No contento con ello, Otto pulió hasta el último detalle de su cuerpo. Horas de paciencia y sudor en el gimnasio hicieron de Otto un hombre de fibras simétricas. Cada músculo del lado izquierdo de su cuerpo era un calco del de su lado derecho. Tenía también la misma fuerza con las dos piernas y los dos brazos. Incluso aprendió a escribir con las dos manos hasta convertirse absolutamente en un auténtico ambidiestro, detalle que mencionaba en su currículum vitae. Y, ante la imposibilidad de dominar su cabello de manera simétrica, Otto decidió raparse y tener así un cráneo bien redondo pero, ante todo, bien simétrico.

Con todo, Otto, a los 33 años era un individuo de edad y aspecto simétricos. Pero Otto, como todo reprimido sexual, era un apasionado de la velocidad. Lo que no gastaba en la cama lo quemaba en las válvulas de su fabulosa motocicleta, a la que le tuvo que aplicar un segundo tubo de escape para que fuera así simétrica vista desde cualquier lado. Un día le embistieron por detrás; iba a casi 111 kilómetros por hora; Otto pesaba 88 kilos, lo que dio un total de 19.536 newtons de energía cinética.

El cuarto de hospital, Otto despertó. Algo olía mal, pudiente que se dice. Los doctores tenían noticias.

- "Señor... ¿Otto?"

- "Ajá."

- "Verá, ha tenido suerte. Iba usted a más del doble de lo permitido y sólo se lastimó un brazó."

- "¿El que huele mal?"

- "El mismo. Tiene el cúbito y el radio del brazo derecho partidos en 16 partes iguales."

- "¿Y por qué huele mal?"

- "Cangrena. Habrá que amputar."

- "¿Cómo tengo el otro brazo?"

- "El izquierdo se salvará."

- "¿Sólo me amputarán el derecho?" Mientras espera la respuesta, para sus adentros, Otto hace algo que desde enano no había vuelto a hacer: "Dios todomisericordioso, sálvame de ésta. Ayúdame a salir adelante y te juro que seguiré el camino recto. Aunque creas que a estas alturas ya no tengo salvación, dame por favor otra oportunidad y prometo seguir tu camino. ¡Van a cortarme un brazo! Si no tiene remedio, que así sea... ¡pero que me corten también el izquierdo, por Dios!

- "Sólo el derecho, el izquierdo tiene remedio."

A la mañana siguiente, Otto tuvo que borrar "ambidiestro" de su currículum vitae.

(Febrero 2002)